La Sierra de la Demanda


La Sierra de La Demanda, es una heterogénea comarca que ocupa una superficie superior a las 160.000 hectáreas, muchas de ellas de montaña. Tiene 51 municipios, con una población que supera ligeramente los 11.000 habitantes. Forma parte de la cadena montañosa que rodea a la Cuenca del Duero, en las estribaciones del Sistema Central. Las mayores alturas se encuentran en su zona media, con la cumbre de la provincia de Burgos, el Pico San Millán, con sus 2.131 metros de altitud. Sus dos ríos principales son el Arlanza y el Arlanzón, que se embalsa en los pantanos de Arlanzón y Uzquiza, y  abastece los hogares e industrias de la capital provincial.Trinchera del Ferrocarril

Su baja industrialización ha permitido que el territorio haya llegado hasta nuestros días en un excepcional estado de conservación. La tradición forestal y ganadera, con una agricultura de subsistencia en buena parte de la comarca, es muy notable. Sus habitantes han demostrado a lo largo de la Historia poseer en grandes dosis lo que hoy llamamos ‘conciencia ambiental’. La diversidad de paisajes que presenta resulta especialmente llamativa. En su parte sureste hay grandes formaciones calizas y extensos sabinares; en su zona central, los pinares y hayedos, en terrenos escarpados y agrestes, son protagonistas. En medio encontramos amplias zonas de transición ocupadas por espesos robledales. Esta variedad orográfica implica una riqueza faunística muy elevada.

En cuanto a la historia, baste decir que aquí está Atapuerca, pero podemos retroceder muchos millones de años en el tiempo, hasta la época de los dinosaurios, cuyos vestigios han aflorado con profusión. Castilla se forjó en la Sierra de la Demanda (castillo de Lara y Covarrubias); fue ‘tierra de nadie’ en la Reconquista y centro de poder e influencia gracias a los monasterios de Silos y San Pedro de Arlanza. La Mesta sentó las bases de la vida de sus habitantes durante siglos, y sólo en Pradoluengo, con su actividad textil, se apreciaron signos de industrialización en el XIX y XX.

Como destino turístico se ha afianzado a pasos agigantados en la última década, ofreciendo unas posibilidades óptimas que la situan en los primeros lugares del turismo rural español de calidad.